Los humedales costeros del suroeste mexicano
El Corredor costero de Chiapas-Oxaca tiene una extensión de 912,391 hectáreas en la vertiente del Pacífico de la Sierra Madre de Chiapas y la Sierra Madre de Oaxaca y se extiende a lo largo de 260 km de litoral costero1. Actualmente, su mayor extensión se encuentra ocupada por usos del suelo agropecuarios (38% potreros, 13 % agricultura de temporal y 11% agricultura con cultivos permanentes). Sin embargo, aún se encuentran remanentes importantes de los tipos de vegetación originales: las selvas ocupan una extensión aproximada de 22% (selvas medianas y selvas bajas caducifolias), los manglares de 7%, y otros humedales de 6% (popales, tulares)2.
En total, el corredor costero de Chiapas-Oaxaca abarca 12 municipios, los cuales han presentado dinámicas de cambio importantes en su uso del suelo hacia actividades agropecuarias. Sin embargo, la elección de las áreas a ser transformadas no es una decisión al azar, sino que se correlaciona estadísticamente con la elevación del terreno, la accesibilidad local, el nivel de drenaje de los suelos, la accesibilidad regional y la precipitación media anual2.
Oaxaca
Chiapas
Manglares
Los manglares del corredor representan 7% de la cobertura de manglares del país4 y en él se distribuyen seis especies de manglar, lo que convierte al Pacífico Sur en la región más diversa de manglares de México, con la presencia de: (1) mangle rojo (Rhizophora mangle), (2) mangle negro (Avicennia germinans), (3) mangle blanco (Laguncularia racemosa), (4) mangle botoncillo (Conocarpues erectus), (5) mangle amarillo (Rhizophora harrisonii), y (6) mangle negro (Avicennia bicolor). Las especies 1-3 se encuentran en categoría de especies amenazadas (DOF 2010) y las especies 5-6 son especies de distribución restringida en la zona centro y norte del corredor5.
A esta escala regional, las variaciones estructurales de las comunidades de manglares son definidas por (1) el régimen hídrico, el cual es determinado por la frecuencia y la duración de las mareas y el caudal y la estacionalidad de los ríos6, (2) la geomorfología del terreno7 y, (3) el balance hídrico entre la precipitación media anual (PMA) y la evapotranspiración (EMA)8 (Figura 1). En el Sur del corredor se presentan un balance hídrico positivo entre la PMA y la EMA, el mayor desarrollo estructural de los manglares de México (altura promedio de 19.7 m), una gran densidad de ríos cortos con altas pendientes, un importante arrastre de sedimentos de las cuencas alta y media8, y sistemas de estuarios con baja variación geomorfológica (Figura 2a). En contraposición, en la porción Norte del corredor: se presenta un balance hídrico cercano a cero, o negativo entre la PMA y la EMA (Figura 1), los manglares tienen una altura promedio de 7.6 m, los ríos son estacionales8, y existe una extensa laguna costera hipersalina9 (Figura 2b).
Figura 1. Localización y variaciones climáticas existentes a lo largo del Corredor de Manglares de Chiapas-Oaxaca. PMA: Precipitación Media Anual; EMA: Evapotranspiración Media Anual. Corredor: Área de trabajo de la Iniciativa Corredor de Manglares y Cambio Climático de Pronatura Sur A.C.
Figura 2. Variación estructural de los manglares en el corredor de Chiapas-Oaxaca.
(1) Mangle rojo en la Reserva de la Biósfera de La Enc)ucijada (Chiapas), zona centro del corredor.
(2) Mangle rojo en el Sistema Lagunar Mar Muerto (Oaxaca).
Entre 1970 y 2015 el Pacífico Sur de México perdió 19% de la cobertura de manglares por el cambio de uso de suelo a las categorías “Otros humedales” y “Desarrollo Antrópico”4. Aunque en los últimos años se ha desacelerado el cambio de uso del suelo en la región2,4, la degradación o pérdida paulatina de la salud del ecosistema es un proceso importante de deforestación a largo plazo, y aún difícil de detectar a través de los métodos disponibles10.
Con base en un análisis espacial de la cobertura vegetal se estimó que 63% de los manglares del corredor estaban degradados o muy degradados en 20132. El patrón espacial de degradación en la región es disperso y ocurre a pequeña escala, lo que corresponde a un proceso temprano de apertura de claros en un dosel cerrado y, asociado a esto la reducción de la biomasa y emisión de gases de efecto invernadero hacia la atmósfera2. Por otra parte, el análisis de cambio de manglar perturbado estima un incremento de 50% anual de esta cobertura entre 2005-2010, y de 34% entre 2010-201511,12. La degradación del manglar o la pérdida de sus funciones ecológicas es causada principalmente por dos factores en la región: la interrupción de los flujos hidrológicos y el uso de las especies por parte de las comunidades locales2.
La interrupción de los flujos hidrológicos es causada por la sedimentación de suelo proveniente de las cuencas altas y medias, y/o por la remoción y deposición del suelo costero durante tormentas tropicales o huracanes. Una vez que el flujo hidrológico es interrumpido se disminuye la disponibilidad de oxígeno en el sedimento y se inician vías metabólicas que lo acidifican e incrementan su salinidad; en conjunto, estas nuevas condiciones incrementan el estrés fisiológico para la comunidad de manglar13. Si estos cambios persisten, la biomasa del ecosistema disminuye a mediano plazo (1 año), mientras que puede significar la desecación del suelo y la muerte de la comunidad vegetal a largo plazo (entre 2-3 años). Aunque no existen evidencias acerca de este proceso, la literatura disponible indica que durante la desecación del sedimento se emite gran parte del carbono capturado en el suelo 14.
A pesar de sus estatus de protección en la NOM-059-SEMARNAT-2010 (DOF 2010) y de la existencia de instrumentos para el manejo para la conservación de la vida silvestre (UMA), los principales usos de las especies de manglar por parte de las comunidades locales no son regulados. Las especies de manglar son utilizadas para la construcción de bordos de pesca, casas o palapas; así como fuente dendroenergética en combinación con especies forestales de selva secundaria15. Se estima que, en el corredor 50% de las familias dependen principalmente de la leña como combustible16.
Adicionalmente, el Índice Integral de Conectividad (IIC)[1] estimado para las manglares del corredor arrojó que, en general, los manglares están desconectados; por lo que el Sistema Lagunar de la Reserva de la Biósfera contribuye importantemente a la conectividad costera de la región17
Figura 3. índice de conectividad integral de los manglares del corredor costero Chiapas-Oaxaca.
De acuerdo con el mapa de distribución potencial de humedales se han delimitado 6 sistemas lagunares en el corredor (Figura 4); cada uno de los cuáles presentan características específicas que se resumen a continuación:
Figura 4. Sistemas lagunares presentes en el corredor de manglar de Chiapas-Oaxaca.
Referencias
[1] Índice de conectividad integral: Estimado por el programa CONEFOR v2.6. La conectividad integral se estimó con base en los siguientes criterios: (1) todo polígono separado por más de 1,000 metros está desconectado naturalmente; (2) se consideró como distancia mínima entre parches 350 m que en promedio es la distancia mínima de dispersión de los propágulos de las especies de manglar que hay en México; (3) El IIC es una ponderación entre el tamaño del parche (nodo) y sus conexiones (links), el resultado es mostrado como partes porcentuales.
|
Las pesquerias de la región dependen de la presencia de los flujos de nutrientes en los bosques de manglar asi como del balance de salinidad y temperatura del agua.
Los bosques de mangle son ecosistemas que prestan incontables servicios ecosistémicos, por ejemplo son excelentes para la filtración del agua y reducen los impactos de tormentas y huracanes en las poblaciones que viven en las costas, además de ser clave como criadero de una gran dversidad de pesquerias. En Chiapas se encuentran los mangles de mayor altura del país.