El cambio climático tendrá impactos severos en comunidades alrededor del mundo, afectando la disponibilidad del agua, la seguridad alimentaria y los ingresos agrícolas.

Dichos impactos serán percibidos más intensamente por las poblaciones rurales cuyas vulnerabilidades y exposición al cambio climático pueden ser agravadas por su dependencia de los ecosistemas y servicios que estos proporcionan para satisfacer una amplia gama de necesidades. Las regiones de bosques tropicales son especialmente críticas. Las poblaciones rurales, que históricamente se han encontrado en las orillas de la política y economía de la sociedad, están cada vez más en la mira de una creciente atención internacional en la contribución de emisiones gases de efecto invernadero (GEI) al cambio climático, generadas por el cambio del uso de la tierra, especialmente la deforestación.

Al mismo tiempo, dichas regiones se enfrentan a presiones ambientales y sociales que van en aumento en el apresuramiento mundial para satisfacer las demandas crecientes de producción de alimentos, combustibles y materias primas. Las luchas por el acceso y derechos a la tierra y a los recursos naturales, algunas veces violentas, dificultan aún más la alineación de diversos intereses alrededor de una visión a largo plazo del desarrollo rural.

Se considera que los patrones de conversión forestal debido a la expansión agrícola y ganadera son bastante predecibles como para generar el concepto de la ‘transición forestal’ (análisis de pérdida de cobertura forestal). Al avanzar a lo largo de su trayectoria de desarrollo económico – típicamente impulsados por la expansión agrícola y la industrialización – naciones o regiones tienden a desmontar su vegetación nativa. Esto trae consigo una variedad de beneficios asociados con el aumento de la producción agrícola y el crecimiento económico. Sin embargo, también está acompañado de muchos impactos negativos, incluso aumento de las emisiones de carbono, cambios en la calidad del agua, pérdida de la conectividad del bosque y la posible desestabilización de sistemas hidrológicos y climáticos regionales, aumento de la migración de las áreas rurales hacia las urbanas (particularmente el abandono de fincas familiares) y, a menudo, más disparidad de ingresos y tensión política.

¿Qué es el Desarrollo Rural de Bajas Emisiones?

El DRBE se distingue debido a su enfoque en abordajes multisectoriales y participativos que incorporan robustas investigaciones sobre los procesos de toma de decisiones, involucran a la industria, fortalecen la capacidad local y empoderan a las instituciones y sociedad civil locales para impulsar el cambio positivo de lograr reducción de  emisiones de GEI, aumento en la productividad y el ingreso y mejoramiento de los esquemas de gobernanza locales.

¿Qué acciones realiza Pronatura Sur?

Pronatura Sur forma parte la Alianza para los Trópicos Sostenibles, que es una asociación estratégica de organizaciones independientes no gubernamentales que utiliza las investigaciones, el involucramiento de múltiples partes interesadas y los conocimientos locales para mejorar los sustentos rurales, a través de estrategias de desarrollo rural bajo en emisiones de GEI, en regiones clave de los trópicos.

Los miembros de la Alianza incluyen Earth Innovation Institute [Instituto de Innovación de la Tierra] (Brasil, Indonesia, Colombia), Pronatura-Sur (México), Instituto del Bien Común (Perú), Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazônia [Instituto de Investigaciones Ambientales de la Amazonía] (Brasil), Green Belt Movement [Movimiento Cinturón Verde] (Kenia) y Foundation for International Environmental Law & Development [Fundación para el Derecho Ambiental Internacional y el Desarrollo].