Género y Ambiente

La problemática ambiental afecta de manera diferente a los hombres y las mujeres, así como a los jóvenes, debido a la división sexual del trabajo que ocurre en la sociedad. Para las comunidades que subsisten directamente de los recursos naturales, está división es muy marcada, por ejemplo los hombres siguen siendo los principales propietarios legales de la tierra y los representantes ante las asambleas ejidales, por lo que en ellos recaen las principales decisiones del uso del suelo, el destino de los recursos naturales y de los ingresos que se generan por su aprovechamiento.

Las mujeres realizan por el contrario actividades ligadas a las labores domésticas, como el acarreo de agua y de leña, por lo que los impactos de la degradación ambiental en el trabajo femenino e infantil es diferente. El agua y la leña son dos recursos donde las mujeres participan directamente y su degradación afecta la salud y el trabajo.

Además las mujeres tienen un papel fundamental en la alimentación y en el proceso productivo. Generalmente son responsables de los huertos familiares, de los animales de traspatio y de la selección de los productos para la comercialización, como el caso de la selección del café en la corta.

A pesar de la gran necesidad de las mujeres y los niños en el uso de los recursos naturales, las políticas públicas y los proyectos no reconocen las necesidades específicas de género, por lo que no se atienden de manera integral. Actualmente se piensa que la población femenina e infantil serán quienes tengan una mayor vulnerabilidad a la degradación ambiental y al cambio climático.

Pronatura Sur a través del programa ha desarrollado una variedad de recursos e
iniciativas para el empoderamiento de las mujeres, nuestra visión es que las
mujeres adquieran capacidades y se organicen en torno a sus necesidades, a fin de
superar la pobreza, algunas de nuestras acciones son: